Amor y desamor

Cuando uno quiere a alguien esta dispuesto a entregar todo por esa personas, en los casos mas extremos uno llega hasta a regalarle su “corazón”.

 Al principio se siente un poco de temor, no somos tontos, los que comenzamos a querer sabemos los riesgos que este intenso cariño tiene, peo nos arriesgamos, cegados por este amor, pensamos que esa persona es incapaz de lastimarnos, incapaz de hacernos derramar una sola lagrima… Confiamos ciegamente.

Cuando ya este imenso cariño llega a un punto descontrolado  ya no respondemos de nosotros, hacemos cosas que estando cien porciento “cuerdos” (por asi decirlo) no haríamos, dedicamos canciones, que despues no vamos a poder escuchar porque invocaran la imagen de esa persona, escribimos cartas, regalamos cosas, dedicamos gran parte de nuestro tiempo a recordar momentos, a visualizar su, pasamos noches enteras hablando con este individuo, sin importarnos que tan temprano tenemos que levantarnos a la mañana siguiente y hasta llegamos a pelearnos con familiares, amigos, conocidos o desconocidos solo para defender a este individuo.

Cuando ya el “final” se acerca dejamos de comunicarnos, intentamos abandonar todo tipo de conexión, la persona a la que tanto queríamos pasa a ser “el o la tarado/a”, sus mensajes que antes nos encataba recibir pasan automáticamente a molestarnos, su rostro ya no es tan bello, esa persona a la que antes queríamos asesinar si se le acercaba ya no nos molesta, es mas ni notamos su presencia, dejamos de tener ganas de verla/o y asi poco a poco, mediante estas “medidas”  que decidimos tomar por nuestro bien y también por el suyo, vamos dándole un cierre a esto que en algún momento llamamos cariño.

El único consejo que les puedo dejar despues de haber querido a alguien y haber pasado por todas estas etapas es que difruten al máximo esta locura tan hermosa y porque no, dolorosa, y que por el bien, mas qe nada suyo, intenten no hacer nada de lo cual pueden llegar a arrepentirse despues.